jueves, 17 de noviembre de 2011


"Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia.
Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo,
un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano,
su gran mano que rozaba las frentes unidas
y las reconfortaba.

Y era el serpear que se movía
como único ser, no sé si desvalido, no sé si poderoso
pero existente y perceptible, pero cubridor de la tierra.

Alli cada uno puede mirarse y puede alegrarse
y puede reconocerse.
Cuando en la tarde caldeada, solo en tu gabinete,
con los ojos extraños y la interrogación en la boca,
quisieras preguntar algo a tu imagen,

no te busques en el espejo,
en un extinto dialogo en que no te oyes.
Baja, baja despacio y buscate entre los otros.
Allí estan todos, y tú con ellos.
Oh, desnúdate y fúndete, y reconocete"
Vicente Aleixandre

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